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La equidad de género y su influencia en el  proceso enseñanza aprendizaje

No cabe duda que el género influye profundamente en el desarrollo de la personalidad, sea en el aspecto moral, intelectual o afectivo. La influencia del género en la persona se da desde que ésta establece vínculos con los agentes de socialización (Ferrer, 1994).
La escuela es un espacio de socialización influyente en el desarrollo de actitudes y la personalidad, debido a que es aquí donde el estudiante tiene su primer contacto con la autonomía, lo cual convierte a este espacio en el escenario perfecto para el desarrollo humano.
Este proceso puede verse afectado por varios factores entre ellos los padres, maestros, compañeros, es decir, la comunidad educativa  en general. La escuela reforzará en el estudiante aquellas conductas socialmente convenidas que reflejan la cultura predominante.
La pregunta en cuestión  es ¿Puede la discriminación de género afectar las emociones en el proceso enseñanza – aprendizaje? Ya desde el punto de hablar de discriminación estamos afectando potencialmente a un estudiante y no sólo afectamos su proceso de aprendizaje sino también predisponemos un patrón de conducta discriminatorio para el futuro
Bajo el paradigma positivista durante el siglo XX, que sólo buscaba hechos y leyes y se olvidaba de las causas o principios de las esencias, las emociones habían recibido poca importancia en el campo educativo, por ello éstas representan en la actualidad uno de los ejes más estudiados.
Las emociones  tienen gran influencia en el acto educativo, debido a que la educación es un proceso interpersonal que provoca reacciones según la situación de enseñanza-aprendizaje vivenciada.
Teniendo esto en cuenta es imprescindible dar mucho énfasis a los estados emocionales durante las actividades educativas, potenciando emociones positivas como actitudes y valores direccionados a la comprensión de los demás en la convivencia diaria, los  valores del pluralismo y equidad de género no solo serán positivas para el desarrollo de habilidades y destrezas, sino también para forjar un ambiente de formación ideal en una esfera de amor, respeto, equidad, armonía y comprensión.
Para garantizar un aprendizaje de calidad, es necesario tener una conducta motivada en los estudiantes, cuando hay una correcta interacción que fluye entre el maestro  y el estudiante estas sensaciones agradables llegan a formar parte de la razón dando así el efecto  deseado.
Me encantaría dar a este artículo un enfoque en el campo de los idiomas, pues desde mi experiencia he podido palpar de primera mano, cómo estos  aspectos  antes mencionados, cuando se los llevan a cabo bajo  los parámetros correctos, producen un buen efecto en el aprendizaje de un idioma como segunda lengua.
Así como lo manifiesta Petrus (1997): “Muchos autores afirman que el hombre se educa gracias a todo lo que le sucede y gracias a todo lo que ocurre a su alrededor. La educación seria, desde esta perspectiva, la adaptación del hombre al medio en el que le  corresponde vivir”.
En base a lo anterior llegamos a la conclusión de que como el  idioma es imprescindible para vivir en sociedad y coexistir con la comunidad, las emociones llegan a ser parte intrínseca del proceso de enseñanza – aprendizaje de un nuevo idioma como segunda lengua, existiendo una relación directamente proporcional entre el bienestar emocional y dicho aprendizaje.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
·         Ferrer, M. (1994). El género en la adolescencia. En Aguirre, A. (1994) Psicología de la adolescencia. (pp. 77-93). Madrid: Pirámide.
·         PETRUS, Antonio. (l997). Pedagogía Social. Barcelona. Editorial Ariel S.A.



Autor:
Arturo H. Brito O.
English Teacher

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